Y mi peor pesadilla se cumplió, desgraciadamente, para este embarazo. Me salió un hematoma este lunes en mi semana 13 de gestación, exactamente igual que con la Menor, cosa un poco rara, la verdad. En fin, estas cosas nunca se sabe por qué pasan, así que como ya he pasado por la experiencia de un largo reposo en mi anterior embarazo que os contaba aquí y aquí con cierto aire de pesimismo, he decidido cambiar el chip y, aunque no sé cuánto va a durar esta vez, estoy intentando mantenerme lo más positiva posible y eso empieza por animarme a escribir y compartir con vosotras qué es lo que hago durante el reposo y pequeños trucos para sobrellevarlo mejor.
Lo primero de todo hay que diferenciar qué es reposo absoluto y qué es relativo. El primero consiste en estar en la cama y levantarse para ir al baño, como mucho y de vuelta a la cama corriendo. Fácil, no hay muchas opciones de movimiento. Si estás en un hospital, no hará  ni falta que te levantes pues te traerán una cuña para hacer tus necesidades, cosa ciertamente incómoda, desagradable y pelín humillante, todo sea dicho. Si queréis leer más sobre mi experiencia en un hospital en reposo la podéis ver aquí.
Reposo relativo es mucho más relativo, como su nombre indica jeje , pero consiste básicamente en no hacer deporte, no coger peso, no agacharse y llevar un vida muy tranquila, de abuela, vamos. Es decir, puedes salir a dar un mini paseo, ir a por el pan o trayectos muy cortos dónde te puedas sentar al poco. Yo, por suerte, ahora estoy de reposo relativo, aunque tengo que reconocer que he tenido que preguntar a una amiga con la que comparto reposo relativo en un segundo embarazo en qué consistía exáctamente pues parece mentira, pero hay cosas que se olvidan, como por ejemplo, el tema de no agacharse. 
Hasta que no te puedes agachar, no te das cuenta de la cantidad de movimientos en tu día a día que implican agacharse. Es por eso que he vuelto a mi sistema patentadísimo de «la súper pinza«. Es decir, uso unas pinzas de cocina para ayudarme a recoger cosas del suelo como calcetines (veáse en la foto) o los juguetes que mis tres hijos pequeños se olvidan en los recovecos o simplemente todos ellos en un día de prisas o huelga de recoger dinosaurios, coches o muñecas a partes iguales, por ejemplo.

Parece tontería, pero en la vida del ama de casa y madre de niños pequeños o vas haciendo pequeños trucos para ayudarte o si no, al menos yo, acabo con muchos dolores ahí abajo, como en el suelo pélvico y no quiero volver a urgencia como me pasó con La Menor y que me riñan porque son agujetas de moverme demasiado.
Os presento mi segundo sistema de apoyo: la silla. Antes intenté usar algunos de los taburetes de mis hijos, pero eran tan bajos que acababa adquiriendo unas posturas de lo más extrañas dignas de cualquier contorsionista que en nada se parecían a la vida tranquila de abuela que se supone tenía que seguir.

Es por eso que gracias a una persona que me quiere mucho y me sugirió hacerlo, volví a la GRAN SILLA. Tengo sillas ahora en distintos puntos estratégicos de la casa: al lado de la nevera, en el lavadero..jeje No os imagináis lo fácil que es ahora sacar la comida del congelador o poner una lavadora o sacar una secadora. Hasta entonces pensaba que agacharme era la única opción y como consecuencia acababa forzando la maquinaria y luego me pasaba el día muy dolorida y preocupada, además.

Perdonad la mala calidad de las fotos, ya veis que tienen sus luces y sombras,como la vida misma;)

Ahora os quiero hablar de cómo distraeros en el reposo pues el día se hace muuuuy largo si no. Tienes varias opciones: hibernar como un oso y despertarte para el parto (cosa que no creáis, me apetecía mucho hacer en mi anterior reposo) o dedicarte a hacer cosas de provecho. En mi otro embarazo reconozco que estaba de muy mal humor y sólo me apetecía ver la tv. Creo que tuve una sobredosis de programas de bodas y tartas de Divinity, así que ahora estoy intentando volver a un hobby que me encantaba de pequeña (o cuando no tenía hijos, también podría decir): leer

Así que se me presenta una gran oportunidad: la de leerme esta lista de libros que llevan apilados en mi mesilla de noche algo más de un año. Lo curioso es que en vez de menguar, sólo crece y he pensado que a eso hay que ponerle remedio, así que he decidido leer más. Son casi todos temas de educación de mis hijos que es lo que más me interesa. Así tengo prioridad en leer:»Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen», «Padres liberados, hijos liberados», «Cómo educar con sentido común» y «Por qué se orinan los niños en la cama». Estos cuatro son mi prioridad. Con leerme esos ya me daría por satisfecha.

Otra cosa que me pasa en los reposos es que me da por cocinar y digo eso porque normalmente estoy siempre fuera de casa y cocino lo justo para sobrevivir, nada elaborado. En los embarazos intento concienciarme más de lo que como y el otro día leí un artículo de Ergobaby sobre una mamá que hacía lo mismo y daba una lista de súper alimentos que consumía en la gestación y me he decidido así a comer más aguacate, frutos secos y chocolate negro de más del 70% de cacao (intento que me guste, pero no tiene la misma gracia y sabor que un chocolate con leche, que queréis que os diga).

También estoy ampliando mi variedad de smoothies del desayuno y en vez del clásico zumo de naranja natural y  como mucho con fresas y plátano, ahora he anotado estas recetas de Lidl para hacer un smoothie naranja a base de manzana, zanahoria y naranja (de textura un poco grumosa, pero muy saludable) y otro smoothie verde que probaré mañana a base de pepino, kiwi y pera.

Esta mañana me ha dado por probar esta receta de la chef Eva de Lidl también que podéis consultar aquí, si os apetece hacerla: es una cinta de lomo con bacon enrollado y manzanas y cebolla asada. ¡Para chupase los dedos!

Siempre me han gustado mucho las legumbres y en este embarazo que me apetecen más que nunca. En breve, mi vecina Cristina me enseñará a hacer un cocido madrileño en condiciones, así que ya os contaré qué tal que no puede ser que una madrileña no sepa hacerlo.

Tengo que agradecer de nuevo, como ya lo hice en mi anterior reposo, la presencia de «ángeles» en la tierra, es decir, todas aquellas mamás del cole que se han ofrecido para recoger a mis hijos del cole haciendo dos viajes con su coche, interesándose por mi estado. La verdad que emociona cómo se vuelca la gente contigo en estos momentos un poco dificiles y digo un poco porque sé que lo mío es una tontería comparado con serios problemas con los que otras personas se tienen que enfrentar en su día a día . Para eso no hay que irse a Siria y hablar de la complicada situación de los refugiados, sin desmerecer sus penurias porque puede que en nuestro entorno tengamos a otras madres coraje que se la juegan todo con sus embarazos.

Esto es todo por esta vez. Ya os iré contando qué tal va este reposo que espero dure poquito y si no, ¡con buena cara siempre!

María

4 Comments on Reposo en el embarazo

  1. planeandoserpadres LTR
    27 septiembre, 2015 at 6:16 am (9 años ago)

    Ánimo María. No me imagino cómo logras hacer reposo con 3 niños en casa, pero ojalá que desaparezca pronto el hematoma y puedas hacer vida de embarazada normal y feliz. Un beso.

  2. Mamá en Bulgaria
    27 septiembre, 2015 at 9:13 am (9 años ago)

    Vaya siento que te haya pasado otra vez! Eres una campeona tomandotelo tan bien. Siento estar lejos y no poder hacer nada por ayudar. Espero que vaya bien el resto del embarazo y cuando nazca el bebé puedas moverte un poco más. Ahora ya eres mamá súper experta!
    Un abrazo 🙂

  3. Con M de Madre
    27 septiembre, 2015 at 11:54 am (9 años ago)

    Gracias,Lucia!esperemos que así sea!:)

  4. Con M de Madre
    27 septiembre, 2015 at 11:56 am (9 años ago)

    Si,algo de experiencia en reposo si que voy cogiendo y eso es bueno porque te ayuda a tomártelo con más filosofía.De campeona,nada,es que es una gran responsabilidad y depende sólo de mi el cuidar bien a este bebe,así q a empollarlo bien como buena mamá gallina.Gracias,Marta!