Llevo mucho tiempo queriendo escribir esta entrada pues el tema «operación pañal» es uno muy importante en nuestra vida familiar. Cada niño es diferente, así que cada «operación pañal» que hemos vivido en casa ha sido muy diferente.

Con el Mayor lo hicimos puntualmente a los dos años. Le quitamos el pañal primero de día, a las dos semanas de noche y nunca más se le escapó un pipí. Vamos, el niño que todas querríamos. No debía yo de haber pensado que todo sería coser y cantar porque con el Mediano la cosa fue pero bastante más complicada. También empezamos a los dos años a quitarle el pañal de día, es decir, a finales de junio, dos meses antes del nacimiento de la Menor para así tener tiempo de sobra para aprovechar el verano para controlar todos los pises.Ilusa de mí, me pensé que sería igual que con el dócil y tímido Mayor, pero no.Nació la peque y  la «operación pañal» de día seguía en marcha y fue incluso, hacia atrás. Pudimos estar así más de un año y no exagero con distintas retiradas de pañal de noche y vuelta a ponerlo incluidas. Yo he estado muy desesperada con el tema. Ya no sabía qué hacer. El Mediano era capaz de aguantar el pipí en el cole o el fin de semana incluso cuando estaba con P de Padre, pero era estar a solas conmigo y un pipí aquí, otro allá. Desde que le recogía del cole hasta que llegaba a casa era capaz de hacerse hasta dos pipís. Yo no lo entendía, pero lo aceptaba entiendo que era su forma de llamar la atención ante la hermanita que le había robado el trono. Tarde sí, tarde también le cambiaba de arriba abajo en el maletero del coche mientras los otros dos esperaban pacientemente en sus sillitas atados en el coche.

Recuerdo que una tarde no se hizo pipí, pero me señaló el maletero igualmente como diciendo: ¡cámbiame! Entonces lo ví claro: él sólo quería tener SU momento conmigo, aunque ello fuera llamando la atención de forma negativa. Así que intentaba cambiarle sin darle más importancia, aunque me fastidiaba mucho, la verdad. Durante más de un año, a las lavadores de pises y cacas de la Menor había que añadirle las lavadoras de pipí del Mediano.

Luego llegó el momento de intentar quitárselo de noche cuando vimos que lo tenía más controlado. Durante semanas aguanté cambiando toda la ropa de cama pacientemente (empapador, bajera, edredón, funda de edredón y funda de almohada)  hasta que dejó de hacerse pipí y le quitamos el pañal. Dos días sin y volvía a hacerse. Tres días de alegría y volvía a recaer. Así estábamos continuamente. Era agotador física y psicológicamente. Lo peor es que yo no podía dejar de pensar que era mi culpa por haber forzado, quizás, al haber empezado con esta dichosa operación. Cada pis que se hacía era como una derrota para mí. Algo tenía que haber hecho mal esa tarde para que se hubiera hecho pipí. No le habría prestado suficiente atención. Creo que estos pensamientos son inevitables. El Mediano estaba y está todavía bastante celoso de su hermana. Ella es muy guapa, muy graciosa, primero que si es el bebé bonito, luego que se gira, luego qué gracia que gatea, luego mira qué bien que ya anda. Es decir, que todos los avances de la Menor suponían un paso atrás en el Mediano. Yo probé a «ponerme seria», a regañarle, a hacer que no me importaba lo más mínimo, tal y como me aconsejaban sus profes, a motivarle con caritas contentas, con un dinosaurio cada vez que estaba una semana sin hacerse pis, a darle una medalla delante de toda su clase cuando conseguía estar X días sin hacerse pipí, pero siempre duraba unos días y recaía.

Hace unos días leí un artículo sobre disciplina positiva que me impactó mucho sobre cómo trataba una cuidadora a un señor mayor en una residencia a base de comentarios desagradables y gritos y entonces me ví muy reflejada en mi trato con el Mediano. Para mí eso fue un «turning point» y decidí que por muy cansada que fuera tenía que luchar por intentar tratarle con más paciencia y cariño. Llevamos unas semanas y nuestra relación ha mejorado mucho y ¿sabéis por qué? pues por el refuerzo positivo que al final es lo único que funciona. Una profe del Mediano me dijo que por cada comentario negativo que el niño recibía necesitaba otros cinco positivos para contrarrestarlo. Sí, mamis, 5!!! un montón!! no créeis?

Pues este mismo método que, en parte ya hicimos con las caritas contentas, la medalla de la clase y el chantaje de los dinosaurios de marras es refuerzo positivo y es el mismo método que utilizan desde Pipiyo para ayudar a que los niños dejen el pañal.  El método Pee & play (haz pipí y juega) está avalado por estudios clínicos realizados por María Luisa Ferrerós Tor, especialista en Neuropsicología de la Unidad de Psicología Clínica de la Clínica Diagonal de BCN y Josep María Galcerán Gui, Nefrólogo y profesor de la Universidad Internacional de Cataluña, UIC.

Yo me esperaba encontrarme con un pañal extravagante o yo que sé y descubrí que este kit consistía en una sencilla guía pata padres, dos pegatinas que cambian de color con el pipí y duran 1.000 usos!!! , unas mini pegatinas y un diploma reversible en azul y rosa para darle al niño o niña.
Se trata de simplemente convertir el ir al orinal o el water en un juego en el que el niño tiene que apuntar a dar a la pegatina que es negra, pero con el contacto de la orina cambia de color y se ve un animalito. Parece una chorrada, pero se ve que esto les motiva un montón porque es en plan : «tengo que conseguir que mi pipí toque ahí» y así quieren repetirlo una y otra vez. En un 90% de los casos dicen sus creadores que funciona, así que cuando la peque sea un poco mayor (todavía tiene año y medio) no me lo pensaré dos veces. Sin forzarla, a su ritmo, con amor y estas pee stickers.
Y como recompensa, cuando consigan llevar bien el tema del pañal, a premiarles con este diploma que me parece una vez más, súper sencillo, pero muy mono también. Esto lo podemos colgar en la nevera o en un sitio importante para que todos lo veamos y así el niño se motive.
Para más información sobre este sistema, no tenéis más que consultar su web y sus puntos de venta.

¿Vosotras cómo habéis logrado una «operación pañal» con éxito? ¿Me lo cuentas?

María

1 Comment on Qué hacer para que tu hijo deje el pañal

  1. Kenneth Vera
    21 febrero, 2015 at 2:00 pm (9 años ago)

    Que bueno maria
    Pregunta, lavas pegatina o la dejas ahi en WC? Thanks