Hace unos meses si me hubierais preguntado lo que era el Mugendo, os habría dicho que ni sabía, la verdad, pero por suerte, tras haberlo probado con mis hijos mayores durante un trimestre, os puedo decir que es un arte marcial muy completo con múltiples beneficios para todo el que lo practica. El centro que escogí para hacerlo fue el Golden Kyu en Sarrià, Barcelona. Los profesores están muy bien formados y prestan una atención totalmente personalizada a cada niño, como podéis ver. Trabajan en grupos reducidos separados por edades para poder sacar el máximo partido de cada uno. Concentración, disciplina y respeto, coordinación, equilibrio y trabajo físico son los 6 pilares del Mugendo.

Tienen clases regulares durante todo el curso escolar y, además, hacen casales especiales en verano, Navidad y Semana Santa. Además, al hacer allí extraescolares, los niños tienen la opción de celebrar allí su cumpleaños, cosa nada desdeñable.

El Mugendo es un arte marcial como el taekwondo, pero adaptado a las costumbres de Occidente, tal y como me explicó Javier, el director del centro, en su día. Los padres damos muchas vueltas a cuál  será la mejor extraescolar para nuestros hijos. Ésta, no es sólo una actividad física (que también), sino que, además, enseña valores como la disciplina, el trabajo en equipo y a dar lo mejor de sí mismos. Me interesaba especialmente para los dos mayores de 5 y 6 años pues venían muy moviditos el verano, como es natural en unos niños de su edad, todo sea dicho.

Gracias a los entrenamientos semanales, los niños pueden ir viendo cómo pueden ir logrando los objetivos que les proponen. A través de un sistema de recompensas llamadas ·tips que son unas cintas que se pegan en el cinturón cada clase si han hecho bien los ejercicios, los alumnos se pueden motivar para pasar el examen y pasar al siguiente cinturón. Así empiezan con el cinturón blanco, después pasan al blanco-amarillo, a continuación al amarillo, naranja y así hasta llegar al negro.

Los grupos se dividen por edades. Así podéis ver como en la foto de debajo están los tigres ( 6,7 años) y abajo los pandas (3-5 años). En medio, hay una psicóloga especializada en educación infantil con la que los niños hablan de forma natural en las clases y así ésta puede ir observando cómo trabajan, cómo se relacionan entre sí, si el niño tiene algún tipo de problema que merezca la pena prestar atención…como véis, es más que una mera extra-escolar.

Cada tarde de clase se llevan a casa una agenda con la que se pretende que el centro y en la casa del niño se trabaje conjuntamente. Así se unifican objetivos y se va viendo su evolución. La psicóloga añade también aquí sus valoraciones.

Lo que me ha gustado de las clases que pude observar de cerca es que no se obliga a los niños a hacer los ejercicios si no les apetece. Hay muchos críos a los que una nueva extra-escolar les causa rechazo o no les apetece simplemente. Los profesores tienen mucho tacto con ellos y les dejan que se queden afuera observando la clase. De vez en cuando, en algún ejercicio, les invitan a unirse de una forma divertida animándoles a dar una patada o repetir algún paso sencillo. Sin la presión de tener que unirse a la clase a la hora que toca, a algunos niños les resulta más fácil animarse para empezar el mugendo.

En cada clase se trabajan contenidos elaborados por expertos  en desarrollo según las necesidades de cada edad. Así, los pandas, los más peques, como la Menor, les encanta jugar, tienen mucha imaginación y ganas de ser muy autónomos. En la etapa siguiente, los tigres, de 6 a 7, son súper entusiastas y les llama la atención la resolución de problemas. Son muy creativos. Todo esto les convierte en los alumnos perfectos para aprender este arte marcial tan de moda. Poco a poco interiorizarán las técnicas que aprendan hasta convertirlas en suyas.

Yo he podido ver cómo mis hijos han aprendido los números en japonés , todo un asombro para mí y llegaban a casa muy contentos con lo aprendido y con ganas de ir a la próxima clase y esto es algo que no sucede con todas las actividades que hacen después del cole. Yo lo recomiendo mucho tanto para niños más tranquilos para que se «espabilen» por así decirlo, como para que los más moviditos se centren un poco.

Vosotros, ¿habíais oído hablar del mugendo?, ¿qué opinión os merece?

 

 

María

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