Compartir no es algo innato, sino que se va aprendiendo con el tiempo. Los niños de dos años se pasan todo el tiempo diciendo: mío, mío… Esto ocurre porque no entienden que aunque se despeguen dos minutos de un juguete sigue siendo suyo y porque lo que no ven no existe para ellos.

Para que vayan entendiendo este concepto tan complejo para ellos os recomendamos, desde Boolino¡Mío! de Jaguar.

Un libro ilustrado con colores llamativos que tiene dos personajes muy divertidos como protagonistas, un zorro y un caballo, que por ser egoístas pierden poder pasárselo bien juntos. Y es que nunca pasa nada en el mundo de zorro y caballo.

Hasta que un día sucede algo especial: encuentran un huevo. En ese momento, los dos se fijan en el huevo y se sienten atraídos por él. ¿Quién lo ha visto antes? Y se desata una pelea entre ellos…

La pelea por saber quién lo ha visto antes acaba haciendo que pierdan el huevo que tanto quieren, porque mientras discutían un pato de lo ha llevado.

Al rato aparece otra cosa con la que reaccionan de una forma diferente y deciden compartirla para no perderla. ¿Qué será…?

Una herramienta perfecta para hablar con ellos sobre compartir y el egoísmo con un toque de diversión que hará que les encante este libro.

Consejos para que aprendan a compartir:

  • Dar ejemplo es algo importantísimo. No podemos pedir que hagan una cosa si nosotros, los adultos, no lo hacemos.
  • También es muy importante que se relacione y juegue con otros niños. Así podrá entender antes cómo funciona el compartir, que no es solo dar sino también recibir, enseñándole que es más divertido si juega con su juguete con otro niño…
  • Explicarles que las cosas son de todos y que todos pueden usarlas igual que él. Mientras otro niño tiene su juguete puede jugar a otra cosa, que puede dejarle un rato la silla a su hermana…
  • Explicarle que entendemos su enfado porque no puede jugar con su osito ahora mismo porque lo tiene otro niño, pero que puede jugar mientras tanto con el tren.
  • Pero también debemos respetar que haya alguna cosa que no preste, igual que hacemos los adultos.

Así que aprender a compartir es algo que requiere tiempo y debe enseñarse tanto en casa como en la escuela. Ya veréis que poco a poco conseguiréis que ellos mismos aprendan a dejar prestado algo sin berrinches ni pataletas.

María

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Comment *