Sé que este es un tema muy trillado, pero para mí no deja de ser la gran duda que me corroe en los últimos meses.¿ Practicar el famoso y controvertido método Estivill para ayudar a que mi hijo duerma mejor por las noches o decantarme por el colecho? Con el primer hijo fue muy fácil porque nos «salió» no bueno, sino lo siguiente: santo. El problema es que eso yo no lo valoraba hasta que tuve al segundo. La gente me decía que no era normal que durmiera 12, 13 o 14 horas de noche más luego dos de siesta a mediodía, pero a mí me parecía de lo más normal.

Hay que tener en cuenta de que estoy hablando de un niño al que alimento con leche materna exclusivamente por las noches a través de mi pecho, no biberones de leche materna. Lo digo para que no haya dudas y se juzgue desde ese aspecto ya que, como todos bien sabemos, no es lo mismo que un niño alimentado a biberonazos (permitidme la expresión) que otro que es amamantado.

Con el gordito número dos esperé hasta los seis meses a ver cómo evolucionaba la cosa. Hasta entonces creo que no se puede esperar más que el bebé se levante cada tres horas para comer o, como mucho, cada cuatro o cinco. Con El Mayor hicimos una especie de Estivill y digo especie porque lo hicimos dos o tres días y ya. No le volvimos a oir llorar de noche nunca más y así sigue, gracias a Dios. Duerme sus 12 horitas en su cuna en su habitación y todos tan felices. Es decir, que tampoco me quejaré diciendo que lleve dos años sin dormir porque eso no sería justo. Sí que es justo decir que durante los nueve meses de El Menor no he dormido una noche entera seguida (lo que viene a ser más de cinco horas). Quizás hubo un par de noches que estaba tan malito que no se despertó y a lo mejor dormí esos días (que se cuentan con los dedos de una mano) unas seis o siete horas, pero vamos, que ocho nunca, eso os lo aseguro.

He estado sopesando muchas noches y ratos muertos sobre qué hacer para que duerma más rato por las noches. Le pregunté a la pediatra que si dándole los cereales mejoraría, pero para mi sorpresa me dijo que no siempre funciona y así fue. A los seis meses y medio empecé a darle una papilla de cereales con cuchara para cenar (porque mi hijo nunca ha probado un biberón, lo muerde si se lo doy) y nada. Aguanta lo mismo que con sólo pecho: unas cuatro, cinco horitas como mucho. Total, que se despierta a eso de las 12 de la noche que es cuando yo me acuesto y luego empiezan las «nochecitas toledanas»: a despertarse cada tres horas. Duerme a nuestro en lado en su cunita y yo a la que llora, le pongo corriendo al pecho. Mama un ratito y luego se duerme unas tres horitas (a menudo, menos). Hasta que una madre no haya pasado por esto, de verdad, que no se puede valorar lo que es aguantar así nueve meses.

Es por eso que pensé en hacerle el Estivill. Hasta tengo una cuna de viaje preparada para tal efecto, pero lleva ya meses plegadita en el despacho porque no me acabo de decidir a hacerlo. Ha pasado tres bronquitis este invierno y prefería tenerlo cerca. Luego mi pediatra me dijo que el Estivill no tiene por qué funcionar con todos los niños y que con el mío no tenía pinta de funcionar por cómo es de movido. Por eso me pregunto si merece la pena empezar el duro Estivill (que parte el alma a cualquier madre) cuando estoy hecha polvo. «¡Duerme siestas durante el día!», estaréis pensando. Ya, esa es la teoría, pero la práctica es que lo hago los fines de semana, si tengo suerte.

Luego empecé a moverme por el apasionado mundo de la lactancia prolongada, la crianza con apego, el colecho, el porteo..y me empecé a plantear el colechar con él. Lo probé un día, pero yo no estaba nada cómoda. El poco tiempo que duermo me gusta dormirlo a gusto y bien estirada, sin estar pendiente de si aplasto a mi hijo o no. Total, el niño volvía a su cuna al cabo de unas horas.

La semana pasada asistí a una interesantísima conferencia de Rosa Jové sobre el sueño infantil que se titulaba y muy acertadamente: «el saber da fuerzas». Rosa nos explicó con un lenguaje muy llano y ameno cosas sorprendentes para mí como que el colecho se practica en un 80% de la población japonesa y en porcentajes también muy altos en países tipo Ikea, como ella dijo (me pareció muy apropiada la expresión y me hizo gracia, por eso la incluyo). Tan sólo es algo poco practicado e incluso, mal visto, en los países mediterráneos como España. Por lo visto, mucha gente colecha con sus hijos, pero simpemente no lo comentan por temor al qué dirán. El clásico comentario es: «como te metas en la cama a los niños, luego no les sacarás nunca», lo cual no es cierto porque yo, al menos, no conzco a ningún «niño» de 30 años que duerma todavía con sus padres. Los niños tienen sus procesos y hay que respetarlos y cada uno duerme con sus padres hasta que lo necesita.

En los últimos meses he tenido la suerte de conocer a niños que colechan con sus padres y la verdad es que se les ve contentos. Si tuviera que resumir en una palabra como les veo diría eso: se le ve contentos. Están tranquilos y felices porque saben que sus padres van a estar siempre allí para ellos. Además, he observado que el compartir cama con ellos hace que los padres traten a sus hijos de una manera más cariñosa, no sé, están más pendientes tanto padre como madre y eso es algo muy bonito y tierno de ver.

Contrariamente a lo que se suele pensar, el estar pendiente de tus hijos, acudir cuando lloran, cogerlos en brazos, dormir con ellos no los hace dependientes de tí para toda la vida, si no que sólo de esta manera puede ser independientes en el futuro. Si un niño se sabe querido por sus padres y establece un vínculo, entonces es capaz de abrirse al mundo y ser poco a poco independiente.

Cuando en ese ciclo de conferencias le comenté mis dudas a Carlos González en una charla sobre cómo criar a tus hijos para que sean felices, tan sólo me dijo: ¡»uy, y lo que te queda!». Lo sé, no anima mucho, la verdad. Que intentara dormir lo máximo posible, me sugirió. Ya…y supongo que si colechara, me despertaría incluso menos, lo sé.

Sabía que el Estivill tiene efectos muy nocivos a largo plazo: que si niños con trastornos de déficit de atención, sonambulismo, estress y demás. Parecen exageraciones, pero luego te pones a pensar en gente que conoces con esos trastornos y te das cuenta que coincide con padres que practicaron el Estivill o similares. Así que después de todo esto, mi conclusión es que tengo que hacer algo más parecido al colecho que al Estivill. Veremos en qué se concreta o hasta cuándo aganta mi cuerpo así. Seguiré leyendo el «Dormir sin lágrimas» de la genial Rosa Jové. A ver si me da fuerzas..De todos modos, digo yo que el Menor no cabrá en la mini cuna eternamente y algún día se casará y será capaz de dormir toda la noche del tirón. O eso dicen…

María

10 Comments on Estivill versus colecho

  1. María M.
    2 abril, 2012 at 1:01 pm (12 años ago)

    Hola

    Descubro tu blog gracias a twitter y empiezo a seguirlo con este post que como bien dices trata de un tema muy debatido y polémico.
    Con ansiedad te he leído hasta saber si ibas a caer en la tentación del demonio Estivill o si iba a ganar el colecho.
    Qué alivio!!!
    Del colecho hablé un poco en blog de crianza con apego (http://www.crianzaconapego.com/search/label/colecho) donde te doy la bienvenida

  2. Con M de Madre
    2 abril, 2012 at 1:08 pm (12 años ago)

    Hola tocaya! yo ya había leído tu blog y me había gustado mucho, aunque no había leído el post que me mandas. bienvenida tú también al mío!El Estivill va a ser que no…bastante hiperactivo es ya mi gordito como para que me salga más movido y encima,traumado.

  3. Eloísa
    4 abril, 2012 at 11:18 pm (12 años ago)

    Bueno, desde luego, lo mejor es siempre informarse de las alternativas para hacer una decisión informada. Enhorabuena, porque es justo lo que has hecho. El libro de Jové si no soluciones, por lo menos te hace entender que tu hijo es normal y no es que quiera martirizarte por las noches. 😉

    Además del colecho puro y duro (compartir cama) siempre tienes la opción de poner la cuna o una cama al lado de la vuestra y así dormir juntos pero cada uno con su espacio. Yo te diré que nosotros empezamos con cuna en sidecar y la beba termino durmiendo entre el papá y yo.

    La incomodidad es los primeros días, luego te acostumbras y merece la pena el descanso. Es como todo, seguro que después de dormir siempre sola, te costó acostumbrarte a dormir con tu marido. Pues con tu peque seguro que pasa igual.

    Espero que tus noches vayan yendo a mejor. Un abrazo.

  4. Con M de Madre
    5 abril, 2012 at 1:57 pm (12 años ago)

    Graciaspor tu comentario, Eloísa. Sí, realmente supongo que es lo mismo que cuando estás acostumbrada a dormir sola y de repente, te tienes que hacer a dormir con tu marido al lado.Por el momento, le tenemos en la mini cuna, aunque si tuviera otro hijo me compraría una sidecar, siempre me ha parecido muy buena idea.A ver qué tal con este pseudo-colecho..

  5. Golosi
    5 abril, 2012 at 9:14 pm (12 años ago)

    Hola! Mira, por suerte no me he tenido que plantear nada de esto de forma seria, aunque hace unos días escribí sobre ello, con el post "Niño a la cama… de los papás" http://missymistergolosina.blogspot.com.es/2012/04/nino-la-cama-de-los-papas.html
    Según lo que cuentas, no te veo con el Estivill, principalmente pq no estás nada convencida, más bien lo contrario. Aunque también he de decirte que, en mi opinión, dudo que sea tan malo como se le pinta, ni tan extremo y radical, aunque reconozco que ni lo he hecho ni me lo he leído, conozco lo básico.
    Colechar puede ser una buena opción (aunque para mí al principio de ser mamá no era ni opción), el problema es que no estés cómoda, como dices. Quizá te acostumbres, no? Y tanto te mueves como para aplastar al bebé? Mujer, con 9 meses ya no es tan pequeño, yo estaría tranquila, auqnue tú sabrás, jaja.
    Saludos.

  6. Belinda
    25 abril, 2012 at 7:23 pm (12 años ago)

    Muy interesante… ¿cómo llevas el tema? yo coleché con mis hijos los primeros dos meses, hasta que empezaron a dormir la noche entera, fue mi salvación!!

  7. Con M de Madre
    25 abril, 2012 at 8:25 pm (12 años ago)

    Pues mira,cada vez colechamos mas con el Menor,aunque te quita espacio xa moverte,me gusta el tenerle tan cerquita y sentir que le protejo y creo que el debe sentir lo mismo.Antes se levantaba a las 6.30am y no quería dormir mas,pero ahora nos lo metemos entonces en la cama y dura así 2h mas!!lo cual es increíble xa mi…si se me hubiera ocurrido antes esto,me habría ahorrado muchos dolores de cabeza,xo weno,ahora ya lo se.No me extraña que la gente coleche xq es una experiencia muy bonita 🙂

  8. Con M de Madre
    25 abril, 2012 at 8:28 pm (12 años ago)

    Por cierto,desde los 2meses te dormían ya toda la noche????woooe,no doy crédito..qué suerte…aquí,el Menor se despierta a sus casi 10meses unas3veces mínimo por la noche….

  9. almabril
    5 junio, 2012 at 10:56 pm (12 años ago)

    Jejejejeje yo con la primera hasta los dos años me despertaba unas cinco veces mínimo para mamar y no exagero. No era persona durante el día. Cuando ya dormía más tirones largos nació mi peque y vuelta a empezar. Eso si dormimos las tres a pata suelta en la misma cama. Bueno la mayor de tres años se va a gatas a su cuna pegada a la cama y la peque de ocho meses se queda a mi lado literalmente pegada a mi. No me imagino dormir sin ellas y eso que yo era un liron humano y hace ya tres años que no duermo más de cuatro horas seguidas y eso con suerte. Es lo más bonito que me ha pasado y lo disfruto cada noche.

  10. Con M de Madre
    6 junio, 2012 at 7:35 pm (12 años ago)

    Q bonita experiencia!gracias x compartirla,Alma.es increíble como puede pasar una del modo "lirón humano"al zombie viviente y aguantar x la vida durmiendo tan poco,verdad?me consuela mucho saber q esto de despertarse tantas veces xa dar el pecho es completamente normal y mas ahora,q hace tanto calor.el Menor se despierta casi cada hora,dos horas,pobrecito!me ha dicho mi enfermero pediátrico q al sudar tanto,necesitan beber mucho,así q nada,paciencia y mucho pechito de mama 😀