Ayer tuve la suerte de asistir a una conferencia de una autora para mi desconocida hasta entonces llamada Catherine L’Ecuyer que se titulaba algo así como: «de hijos apantallados a hijos asombrados». Esta canadiense madre de cuatro hijos es autora del libro «Educar en el asombro», entre otros. Quedé encantada con sus palabras porque creo que lo que nos contó a los padres asistentes era, en definitiva, la clave para conseguir que nuestros hijos sean felices.

El post de hoy quizás es un poco más filosófico de la habitual, pero en realidad, son ideas muy simples. ¿Qué es lo que todo padre quiere para sus hijos? Aquí creo que todos diremos lo mismo: -Que sean felices. ¿Y cómo conseguir que sean felices?
 -Amándolos. ¿Y cómo se les ama del mejor modo, por así decirlo? pues yo desde hoy creo que, además de besarles, abrazarles y quererles, enseñándoles a » asombrarse ante lo irresistible de la Belleza, la Verdad y la Bondad», tal y como me puso Catherine en la dedicatoria de su libro. Nótese que lo he puesto en mayúsculas pues me refiero no a cualquier cosa bella, bonita; sino a la Belleza suprema; no a frases medio ciertas, sino a la Verdad única y no ante cualquier hecho de buena fe,sino ante la Bondad por excelencia.

Todo esto queda un poco por las nubes quizás, pero aterrizemos en la tierra. L’Ecuyer parte de entender el contexto actual en el que viven nuestros hijos: un mundo frenético e hiperexigente dónde la convivencia con las TICs (las nuevas tecnologías) es algo tan sencillo como jugar a la pelota. Desgraciadamente, acostumbramos a nuestros hijos a jugar con juguetes, ver DVDS y hacer cosas en general que son superiores a sus edades. Los niños de hoy son los adolescentes de ayer, los adolescentes de hoy son los adultos de ayer, de modo que se acorta cada vez más la infancia y se alarga la temida adolescencia. Por poner un ejemplo, si a un niño de 5 años, se le pone Disney Channel, ¿qué verá con 10? eso se le quedará ridículo y querrá mucha más acción. Si ven las pelis de mayores de 18 con 14 años, ¿qué harán al llegar a ser mayores de edad? la consecuencia de quemar etapas es que se generan niños desmotivados, hiperactivos y que al estar tan hiperestimulados con las TICs cuando se tienen que relacionar con el mundo real, el 1.0 se aburren soberanamente.

Es por eso que es fundamental no cortarles a los niños las alas, dejarles que sean niños mientras sean niños, respetar sus tiempos, no imponerles nuestros ritmos de adultos frenéticos; en definitiva, lo que la canadiense llama ayudarles a que se sigan asombrando por las cosas pequeñas que les rodean: desde la naturaleza hasta una bolita que se encuentran en el suelo. Hay que dejarles y fomentarles que sean niños capaces de estar en silencio, de disfrutar de las cosas pequeñas sin precio como un atardecer o el ruido que hace un vaca de verdad, no la del Ipod, al mugir. De esta manera en el día de mañana sabrán distinguir la realidad virtual del mundo real y sobre todo, y más importante, sabrán ser simple y llanamente felices.

¿Sabéis cuál es la frase que más se repite en los parques de BCN? Y esto es un dato comprobable. «Mira, mamá». ¿Y qué quiere decir esto? La autora de este magnífico nos da las claves. En su libro habla sobre el triángulo que se forma entre la realidad, el niño y su figura de apego, pongamos una madre o un padre. El niño, al ver la realidad y descubrir algo nuevo, lo primero que quiere hacer es dársela a conocer y compartirla con su madre o padre. Por eso nuestros hijos desean que les veamos en sus pequeños logros como trepar un árbol, coger una hormiga o hacer la voltereta en la piscina. Debemos prestarles siempre toda la atención que podamos cuando hagan esto pues están compartiendo con nosotros algo muy grande.

Este es un brevísimo resumen de la conferencia de Educar en el asombro que podéis encontrar ampliada bien en su libro o en su blog: http://apegoasombro.blogspot.com.es/. el cual recomiendo ferviertemente.

Con esto no estoy diciendo que uno si no lee este libro o no está de acuerdo con estas ideas va a querer menos o más sus hijos, simplemente es una herramienta en la que se nos recuerdan cosas que creo que todos los hombres tenemos «de serie» por así decirlo, pero que con los años vamos olvidando. Asombrémonos.

Y desde aquí quiero dar gracias a mi madre que me prohibió ver tantos programas de televisión, tantas películas que me mantuvieron inocente y nos permitieron a mis hermanos y a mí seguir siendo niños cuando nos tocaba. En esos momentos me enfadaba mucho, pero ahora lo entiendo todo.Gracias por hacer cineforums en casa, por insistir en que apreciáramos un paisaje bello, por bailar en salón de casa al son de las canciones de Espinete y Enrique y Ana con ponías en el tocadiscos. En definitiva, gracias por enseñarnos a asombrarnos. Espero yo ahora hacer lo mismo con mis hijos y enseñarles a que tengan una piel fina y sensible con la que ver y analizar el mundo que les rodea.

María

3 Comments on Cómo conseguir que nuestros hijos sean felices

  1. Catherine L'Ecuyer
    2 marzo, 2013 at 7:12 pm (11 años ago)

    Querida amiga, gracias por dar de conocer. Tu blog está en el mío como "blog amigo". Un abrazo fuerte, Catherine

  2. Bergeronnette
    4 marzo, 2013 at 5:03 pm (11 años ago)

    Qué bueno!! Estoy completamente de acuerdo con lo que escribes y con las enseñanzas de Catherine. Si a los niños les quitamos esa niñez, no les queda nada, a mis hijas trato de mantenerlas en la inocencia y en la curiosidad, en el asombro de las cosas y en la enseñanza por descubrimiento y sentidos.
    Muy buen post. Voy a ver el blog.

  3. elblogdebombones.com
    18 marzo, 2013 at 10:25 pm (11 años ago)

    Me ha gustado mucho el post. Totalmente de acuerdo. Hay que dejar que los niños lleven su ritmo, despacito, lento, que saboreen y saborear con ellos cada momento. Lo leí hace tiempo para los juguetes, y es aplicable a todo. Hay que quemar etapas. Gracias por recordarlo.