Aquí tenéis al Mayor súper orgulloso y contento de coger a su hermano pequeño.
La Menor le sujeta aquí estirada en el sofá porque se empeñó en tumbarse y que se lo pusiéramos encima. Sorprendentemente, a pesar de sus brazos todavía torpes para cogerlo, el peque está placidísimamente dormido encima suyo. Para mí esta mirada que ha sabido captar Inma a la perfección dice mucho: «aunque me destrone este bebé, aquí estoy yo, guapa como siempre y os podré ayudar con él más de lo que vosotros os pensáis».
Esta foto me conquista: el Mediano con todo lo brutote que es, capaz de coger a su hermanito con la mayor delicadeza del mundo. Es algo que no deja de sorprenderme día a día: cómo es capaz de controlar sus bruscas formas para abrazar y besar a su hermano con todo el cariño y suavidad posible.
Aquí tenéis a mis cuatro peques. Los mayores peleándose para cogerle. La Menor diciendo: «es mío», el Mediano queriendo darle un beso y el Mayor se ríe contemplando tan tierna escena.
Ahora pasamos a la sesión de newborn propiamente dicha que se consiguió gracias a la enorme paciencia de Inma que estuvo horas esperando para captar al Cuarto en la pose que ella tenía en mente y así lo ha reflejado. Es tan bonito…
Entre foto y foto y para intentar lograr que se durmiera y conseguir algunas fotos nada como dormirse al pecho de su madre. ¡Aquí me pilló Inma in fraganti! La verdad es que había pasado una noche muy mala noche y estaba tan cansada que en medio de la sesión yo me tumbaba en mi cama (como quien está en su casa, jeje) y me echaba una cabezadita.
Y mientras mami dormía al bebé Inma iba retratando a los demás. Me encanta la cara y la pose del Mediano aquí. Gamberrete como es él, pero con esa mirada inocente..;)
Tras no pocos esfuerzos, logramos que el Cuarto se durmiera profundamente, así que mientras yo me iba a la cocina a hacer la comida para toda la tribu, Inma pudo coger las poses más tiernas y difíciles.
Fijaros aquí con su cordoncito umbilical todavía pinzado. Justo hablaba con Inma de cómo ahora ya no dicen que les pongas alcohol para secar siquiera, sino agua destilada o del grifo directamente y que yo no me fiaba de que se le cayera así y fue acabar la sesión y se le cayó precisamente a sus siete días de vida. ¡ Qué casualidad!
Mi pequeño duendecito…me encanta verle en estas poses y con esa telita tan mona de fondo.
Y su papi, como buen podólogo, quería una foto sujetando sus diminutos piececitos 😉
Y por último esta foto de La Menor que derrocha inocencia y belleza, así como es ella, guapa a rabiar. Me encanta…Aunque tenga muchos príncipes, ella siempre será mi princesita.
¿Os atrevéis a abrir las puertas de vuestra casa para dejarle entrar y retratar vuestro día a día con la llegada de un bebé?