Queridas lectoras: supongo que tras el post del otro día estáis deseando saber qué es lo que comimos durante nuestra estancia en el Hotel Villa Paulita de Puigcerda. La verdad que la comida fue tan espectacular que precisaba un post a parte. Ahora entenderéis por qué. 
El restaurante L’estany ( El estanque) está a tan sólo unos metros del edificio principal y su decoración es todo un acierto. Uno siente que está en un antiguo salón con esas preciosas lámparas de araña y ese gran ventanal que da al lago. Sentarse a comer con esas vistas no tiene precio, de verdad. Es como una ventana abierta al mundo y así los desayunos allí se disfrutan el doble pues no sólo hay buena comida, sino que , además, se deleita uno viendo el lago helado, los patos y las montañas. Todo esto junto con la paz que ya emana Puigcerda hace que uno salga flotando y no exagero, de verdad. ¡Comprobadlo vosotras mismas!
Paso a contaros el menú que elegimos para cenar preparado por el chef José Carlos Gámiz al que le auguro un prometedor futuro: primero probamos dos grandes aceites de oliva : uno catalán más suave y el Oleum Summ que había recibido la medalla de oro en Nueva York al mejor aceite del 2015 en unas tostadas de pan con sal liofilizada con cebolla y otra con ceps (setas). Un bocado espectacular, sobre todo para los amantes de los aceites de oliva virgen extra como yo que cuánto más verden sean, mejor.
Después yo me pedí unos huevos rotos con cebolla caramelizada, butifarra y alcachofas y de segundo un lomo de bacalao confitado con parmentier de trufa y ceps decorado con unos bonitos pensamientos que era la flor preferida de mi abuelo. De escándalo todo. Quizás os parece que exagero, pero es que para una foodie como yo comer así es un verdadero placer. De postre elegí el coulant de chocolate con helado de vainilla (como no podía ser de otra manera). De los mejores  que he probado en mi vida también. 
Maridín se pidió una ensalada con queso de cabra, tomate, y vinagreta de frutos secos que era preciosa de sólo verla con tanto colorido y de segundo una fritura de pescaditos a la andaluza con pimientos de piquillo y brotes verdes de guarnición. Para acabar, eligió una tarta de queso con frutas y sorbete de manzana que le encantó también. Como tenemos gustos totalmente opuestos en la comida, cada uno escogió lo que más le gustaba y así nos aseguramos de que el otro no nos picaría del plato. Bueno, miento, probé el atún rojo rebozado que estaba buenísimo :p
La cena la regamos con un Moscato del que yo mejor que no probara mucho porque si no la criatura de mi vientre iba a acabar dando botes de la emoción. Tienen una pequeña, pero cuidada bodega en el restaurante que el comensal puede ver como si de un cuadro se tratara.

Hablemos ahora de EL DESAYUNO. Soy una gran fan de los desayunos de bufet de los hoteles, por eso, viendo como había sido la cena, estaba deseando ver cómo sería la sorpresa matutina y madre mía..bizcochos y tartas caseras, huevos en su punto, el mejor embutido de la zona…¡me puse las botas! Hay tanta diferencia entre un bufet corriente y los del Hotel Villa Paulita…las cosas caseras tienen verdaderamente otro sabor y eso junto con una presentación impecable hacían de ese momento un sueño hecho realidad para una embarazada como yo.

Cada bizcocho tenía su aderezo correspondiente: una mermelada, trocitos de chocolate, miel…había tantos por elegir que tuve que hacer un serio esfuerzo por pensar en cuál de ellos merecía más la pena. Con un plato de dulce y otro de salado, nos sentábamos a contemplar por la mañana el precioso lago que estaba todo congelado. Eso sí que era la dolce far niente…

Tenía que enseñaros un close up de la impresionante tarta de limón y merengue con frambuesas casera con la que me deleité en nuestro segundo desayuno. Llamadme exagerada, pero era como tocar el cielo con la punta de los dedos…las ensaimadas, croissants, napolitanas y palmeritas, espectaculares también…os hablo con más emoción del dulce porque me vuelve loca, pero marido se puso las botas con todos los quesos, butifarras y otros embutidos de la zona, además de los huevos y choricitos fritos que hasta yo probé y estaban de vicio.

Toda esta deliciosa comida de la que os hablo también está disponible para organizar eventos tanto en el mismo restaurante como en el precioso jardín. Ahora que se acerca la primavera, es un lugar idóneo para bautizos, Primeras Comuniones y bodas. Tienen unos menús ad hoc a los que yo he echado una ojeada que os aconsejo fervientemente pedir si os interesa para un evento familiar inolvidable.
Si queréis hacer una reunión de empresa también disponen de distintos tipos de salas según el tamaño que necesitéis. Abajo os especifico la cantidad de personas que cabrían en un sitio u otro del hotel.

Por último, explicaros brevemente que la localización del hotel es increíble tanto en invierno para ir a esquiar como en verano para disfrutar del sol en la montaña. Hay un mercado local los domingos por la mañana en el que tienen fruta y verdura fresca, quesos franceses, además de otras muchas cosas, que os recomiendo también. ¡ Qué manzanas, fresas y quesos tan ricos compré allí! También tenéis ahora calcots que es la época, por si os animáis a hacerlos.
Así que, ¡ a disfrutar!

¿ Qué os ha parecido la comida de este lugar tan idílico?, ¿celebraríais aquí un evento familiar? yo ya estoy pensando en la Primera Comunión del Mayor de aquí a unos años..

María

Comments are closed.