En cuanto es época de calçots, mi marido no tarda en decir que hay que ir a comerlos a algún sitio. A mí, como buena madrileña, no me entusiasmaban más que nada por el desconocimiento, pero lo suyo con estas cebollas en un horno de leña es verdadera pasión. ¿Cuál es el problema? Encontrar un sitio […] Read more…