Estaba esta tarde yo en el parque jugando con mis dos piopiolos. El Mayor, dentro de la casita de juguete encantado con su mochila de Pocoyo y un elefante que dentro tenía «galletitas de la estrellita de chocolate». El Menor estaba encantado encaramado a dicha casita y riéndose porque su hermano chillaba hasta dejar sordo a medio parque. Se me ha acercado por entonces una madre con la que jamás había compartido algo más de un «hola» por la calle y hemos empezado a hablar de nuestros hijos. Ella tenía dos: la mayor de unos 4 años y la menor de año y medio.

Empieza entonces la clásica conversación de «uy, qué poquito se llevan»,»´Sí, 15 meses», «Ah, es que las mías se llevan menos de dos años, pero tan poco, no..» (cómo si hubiera una gran diferencia). Ya digo yo orgullosa: «Me quedé embarazada a los 6 meses». Me mira con cara de alucinada: «Ah, entonces, que fue: un accidente o era buscado?», me espeta como si nada.  (….) Sin palabras. O demasiadas en mi mente que intentaba procesar todas las respuestas que tenía e intentaba seleccionar la más educada.

Nunca me llegaré a acostumbrar a que la gente se meta en la vida de los otros, en temas completamente personales y se atrevan a opinar de absolutamente todo como si nada. Primero se empieza con aquello de si recién casada no tienes hijos todavía o, por el contrario, que si «sí que os habéis dado prisa», «ahora,a por la niña», «tú ahora ya habrás cumplido, no?»…etc,etc. Lo peor no son los desconocidos cotillas, ya sean abuelos, abuelas, tenderos y dependientas, sino madres como tú, en una situación muy similar a la tuya o incluso, familiares (que haberlos, los hay!) que te vienen con aquello de: «¿pero tú no sabes que hay medios para controlar los hijos?». Pues sí, claro que lo sé, pero a lo mejor no me da la gana de utilizarlos porque quiero tener niños o a lo mejor, ha sido algo que no tenía en mente, pero me alegro profundamente de ello porque cada hijo, independientemente del momento y las circunstancias en las que venga es una bendición, un regalo de Dios. Un niño NUNCA es un accidente, nunca. Que estamos hablando de personas, por favor, no de animalitos ni objetos!!!

Creo que la mejor manera de reaccionar ante críticas o comentarios de este tipo es devolverles la pregunta. Ejemplo: «¿fue un accidente?» «¿y los suyos, fueron un accidente también o su marido y Ud. lo planearon meticulosamente sabiendo los tiempos que corren?». No sé si alguna vez me atreveré a contestar algo así, aunque espero con el tiempo, tener las tablas como para hacerlo. Tengo una amiga que tiene tres hijos muy seguidos de la cual he aprendido mucho sobre sus respuestas. «Uy, pero tres hijos, ¡ay qué ver, nena!», «Pero vamos a ver, señora, ¿quién contribuye más a la sociedad: Ud. que compra sólo un par de zapatos o yo que tengo que comprar 3?». Este es sólo uno de los miles ejemplos que me ha contado que le han pasado.

Estamos llenos de temores, de miedos a contestar mal a extraños maleducados…pues dígamos las cosas como son, sin faltar a la educación y al respeto, desde luego, pero si la gente nos inquiere, ¿ por qué no podemos nosotros hacer lo mismo? Que el ser madres nos dé poco a poco la valentía para contestar a impertinencias así y que logremos hacer ver a los demás que los hijos no son accidentes, por favor, que hablamos de la vida de personas, tan respetables como la suya o la mía.

María

1 Comment on ¿¿Hijos por «accidente»??

  1. Jenni Peña
    16 junio, 2012 at 11:21 am (12 años ago)

    Lanzate a la respuesta hiriente desde la educación, es superdivertido verles el careto.
    A mi además de las preguntas de las metomeentodo me molestan las personas desconocidas que tocan a mis hijos, y a los peques les molesta más todavía.
    Anda que te preguntan si pueden tocarlos.
    Llamadme arisca si quereis pero yo no voy tocando a otros adultos desconocidos por la calle, ¿por que a los niños si se les toca?